Quiero presentaros un apartamento que ha llamado mi atención por la perfecta combinación de sus dos estilos arquitectónicos y su decoración exquisita, sutil, limpia.
Un maravilloso juego entre unas paredes gruesas y redondeadas, que recuerdan a las casas encaladas de los Pueblos Blancos de la Sierra de Cádiz o a las islas de Santorini o Mykonos en Grecia, combinando con unas líneas rectas y perfectamente definidas y unos techos a dos aguas con una pendiente bien marcada al más puro estilo alemán.
Si su arquitectura ya decora por sí misma, la luz natural que invade este apartamento es la clave para realzar estos ángulos.
Sus propietarios han sabido escoger exquisitamente las piezas justas e imprescindibles para respetar estos dos componentes: materiales naturales, colores claros, los aportes justos de fuerza en algunos complementos como los cuadros de las letras (en sus respectivas perfectas localizaciones), el naranja de la silla butterfly o el negro de la chimenea.
Enamorada estoy de las escaleritas que llevan al altillo y del altillo mismo, un espacio perfecto para contemplar la obra que es este apartamento que invita a inspirar, tomar aire y soltarlo despacito... oxígeno.
No le falta ni la terracita... definitivamente he quedado prendada de este apartamento. Tiene algo que lo distingue del resto y eso es de lo que se trata ¿no?
Tu Casa es Única... haz que lo parezca!
Que bonito, no se le escapa detalle y todos perfectos!! ;) Estoy de acuerdo contigo ¡ese altillo es una maravillaaa!
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